John F. Kennedy decía que no hay placer más sencillo que montar en bicicleta. Y el jueves por la noche lo comprobé una vez más, pues salí a rodar con el colectivo TeusacaTubici.
Ni el frío ni el amague de lluvia impidieron que cerca de 35 bicicleteros llegáramos al Park Way a las siete de la noche.
Los líderes del colectivo nos dieron una charla sobre seguridad y prevención, fundamental para este tipo de bicipaseos. Arrancamos por Teusaquillo y, por primera vez, transité por el bicicarril del Park Way, el cual fue pintado por este colectivo como iniciativa ciudadana. Para fortuna nuestra y de todos lo que se mueven en bici por la zona, los conductores ya reconocen este espacio y lo respetan.
Nos hicimos visibles por las calles de la localidad con la idea de llamar la atención y, así convocar, más seguidores. Tomamos la Calle 26 hacia el occidente y luego recorrimos la Avenida La Esperanza, en ese momento la temperatura capitalina llegaba a los 9 grados centígrados.
Paramos en una estación de gasolina y aprovechamos para comer, entrar al baño y compartir historias de bicicletas. Nuevamente seguimos nuestro camino hasta a la Avenida 68 y el Parque Simón Bolívar. Allí tuve la oportunidad de estrenar el puente para bicis que está sobre la Carrera 50, la estructura conecta el parque con la Biblioteca Virgilio Barco.
Juan Camilo, uno de los líderes y conocido como Fuanes, nos contó que en una de las
sillas a las afueras de la biblioteca nació TeusacaTubici. Hace siete meses salieron a rodar cerca de 30 personas y justo en esa parada decidieron conformar el grupo y seguir pedaleando.
Retornamos al Park Way, donde finalizó el paseo. Nos despedimos y cada uno arrancó para su casa, no si sin antes organizarnos en pequeños grupos para acompañarnos en el regreso. José, otro de los líderes, me acompañó en mi retorno.
Dos aspectos me llamaron poderosamente la atención del colectivo TeusacaTubici.
El primero, la importancia que le dan a las medidas de seguridad para garantizar nuestra integridad. El segundo, su empeño para que las personas pierdan el miedo y se animen adoptar la bicicleta como un estilo de vida.
Estos dos aspectos, más la compañía los bicicleteros y la buena infraestructura, hicieron que corroborara que no hay placer más sencillo que montar en bicicleta como dijo Kennedy.
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