Esta princesa llama la atención en la calle por su particular diseño. Su cuadro de
aluminio se destaca por la altura, que pese a esta característica a la que no
estamos acostumbrados es cómoda para rodar por la calles de Bogotá. De hecho,
me sentí muy bien sentado con la espalda completamente erguida, gracias a la
corta distancia entre el manillar y el sillín. Esto también hizo que tuviera un campo
visual más amplio.
También se destaca la correa de transmisión, que hace las veces de cadena, en
kevlar y, según su fabricante, tiene una vida de 80.000 kilómetros. Como está
libre de grasa, te garantiza la limpieza de las botas del pantalón.
Esta Strida, que se consigue desde $1.100.000, cumple a cabalidad con una de
las promesas de las plegables: la portabilidad, ya que se dobla fácilmente y solo
pesa 10 kilogramos. Se puede acomodar en espacios reducidos y no hay lío a la
hora de cargarla.
La buena relación permite rodar con facilidad, sumado al sistema de frenos de
disco, y al agarre de las ruedas de 16”, la hacen una de las más seguras del
mercado.
A la estructura se le pueden acondicionar alforjas para cargar lo que quieras.
En Bogotá, este modelo de Strida está disponible en el almacén El Tomacorriente
(Cra. 11 # 79-13).
Este año 2013 han salido al mercado las Strida EVO con tres velocidades muy fáciles de aplicar, las cuales realmente son una evolución del diseño de la Strida ya que suben cuestas con la facilidad de una MTB y son mas veloces que las LT
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