La bicicleta es más grande que ella y le cuesta subirse, pero una vez arriba no la detiene nadie. Su padre, William Bustamante, dice que es así desde los tres años cuando aprendió a montar y se lanzaba de andenes y escaleras.
En el colegio y en el barrio donde vive, El Sosiego, al sur de Bogotá, es la consentida
por su ternura y disciplina. El ciclismo de ruta también le gusta y se destaca.
¿Qué quieres ser cuándo grande?
Primero quiero ser
campeona olímpica de ciclomontañismo y ruta y tener muchas medallas de oro.
Después quiero ser veterinaria.
¿Cómo te entrenas?
Mi papá es mi
entrenador. Práctico una hora diaria: empiezo con 10 minutos de calentamiento y
luego me voy por toda la pista de bicicross. Subo y bajo. Cuando entreno ruta
corro 3 kilómetros, eso es harto. Soy
juiciosa con la comida, como quiero ser una campeona, no como dulces. Como
muchos frijoles y verduras.
¿Y el colegio?
Soy la mejor de mi
curso. Me gustan las clases de matemáticas y educación física. Debo ser la
mejor o no me dejan montar en bicicleta.
¿Qué es lo más difícil durante las competencias?
Un poquito los
descensos técnicos llenos de piedras y huecos, pero no me da miedo. Me he
caído, pero no me duele.
¿Qué piensas cuándo estás en la línea de salida?
Hablo con Diosito y
le pido que me dé fuerzas para llegar entre los cinco primeros y que me dé más fuerza
en las piernas para ganar.
¿Qué crees que te hace falta para ser una campeona?
No puedo dejar de
entrenar nunca. También un poquito de ayuda porque mi papá es el que hace todo
por mí. A él le gustaría llevarme a competir a todas partes, pero a veces no se
puede.
¿Quiénes son tus ídolos?
Nairo Quintana y
Ángela Parra. Me gusta Rigo Urán, a él lo vi de lejos y me sentí muy
feliz.
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