Después de mucho pensar sobre qué quería hacer mi blog, hoy, en el Día Internacional de la Bicicleta, me animé a escribir sobre mi segunda pasión: la bicicleta. La primera es el fútbol solo como espectador e hincha del mejor equipo (Santa Fe). Razón por la cual mi bici es roja con blanco.
Recuerdo que desde niño y de la mano de mi papá empecé a montar en bicicleta. En esa época soñaba con correr como Lucho Herrera.
La bici siempre ha estado presente en mi vida. Durante los primeros años fue el anhelado regalo de Navidad y traté de trasmitir mi conocimiento, habilidad y entusiasmo a mis amigos del edificio. Recuerdo como jugábamos con los del barrio a la Vuelta Colombia y competíamos en dos manzanas - entre Calle 72 y Calle 70 - los diferentes premios de montaña y la contrarreloj.
Después llegó la U, la rumba, las novias y dejé la bicicleta a un lado. Pero desde hace de más de dos años, - cada vez más calvo, cuando la cerveza y la rumba me empiezan a pasar factura y mi condición física cambió-, retomé la bicicleta. Esta vez no estoy solo en la aventura. Me acompaña mi novia.
A partir de hoy quiero contarles cómo la bicicleta cambió mi vida y cómo es recorrer Bogotá y sus alrededores en el "caballito de acero".
Yo también me desplazo en bus, carro y Transmilenio por diferentes factores: mi profesión, el clima, el mal estado de la ciclorruta y las vías, y la inseguridad. Sin embargo, sueño que algún día la bicicleta sea mi único medio de transporte.
Solo espero poderles contar más sobre la vida en bicicleta.
Les dejo un dato: en Bogotá cerca de 300.000 personas se mueven en bicicleta.
LEONARDO CEPEDA ALZATE
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